jueves, 11 de septiembre de 2014

He cambiado, y me gusta más ahora (1)

Subo las escaleras con una gran rapidez, apenas pasan segundos y estoy en la parte más alta del edificio, mi cuerpo está ardiendo, todos mis músculos ahora son más fuertes y mis emociones revolotean sin parar, todo aumenta, mis dedos buscan algo a los que aferrarse y cegados en su búsqueda comienzan a destrozar todo aquello que pasa por su lado. Ahora todo está destruido, la habitación se encuentra en un caos por culpa de los cambios incontrolables, mi cuerpo es distinto ahora, pero es lo mejor que me podía haber pasado, me siento viva, con muchísimas fuerzas, sin ningún obstáculo y con poder, mucho poder. Abro las ventanas y siento cada una de las partículas del viento que hay en el exterior. Decido salir fuera, allí no habrá problemas, no podré romper cosas importantes y puede que la naturaleza me ayude a controlarme. Me equivocaba todo mi cuerpo está en pleno descontrol, tengo ganas de correr, de correr como un león cuando quiere cazar a un pobre ciervo. No me doy cuenta de que estoy corriendo, mis piernas van a tanta velocidad que apenas puedo verlas, se mueven de una manera inexplicable, no tienen rumbo alguno, pero aún así no las paro, me siento demasiado bien como para detenerlas. Parece que mi cuerpo no tiene conexión con mi cerebro, no me obedece, no hace caso a mis ordenes y me asusto, toda la felicidad y los sentimientos tan alegres y despiertos que tenía desaparecen por completo, me caigo al suelo y quedo atrapada en un profundo sueño.