martes, 17 de enero de 2017

La chica detrás de una pantalla.

Siento como, una vez más, he caído en el precipicio prohibido. En parte, no me atrevo a dar la cara, soy una chica detrás de una pantalla que a veces escribe llorando y otras riendo. En este caso, no tengo una palabra exacta para expresar lo que siento. Me siento impotente y frustrada al no poder arreglar y reconstruir su pequeño corazón, los dos tuvimos problemas pero el no me deja avanzar.

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No sé cuánto me quiere pero sé que más le quiero yo.
Me duelen las espinas de sus rosas clavadas por amor.
Sus labios que rozan los míos, suaves y carnosos son.

Pasa el tiempo, pasa, pero yo me quedo,
reloj en la izquierda mano,
derecha sangrando por mi sed.

No sé cuántos días podré aguantar, 
una llama que se apaga y me deja helada, 
pero a la misma vez se enciende,
y quema hasta mi pequeña alma.

Cada una de las miradas,
cada beso, cada abrazo.
Sonrisas y placer.

Después llega el tiempo de tormenta,
la sonrisa es llanto,
los besos son cuchillas
los abrazos son puñaladas.

Dime que me quieres, dame una oportunidad.  Déjame tener tus labios cada segundo, déjame tu mano cada vez que me siento mal. No pienses en que dirá la gente, piensa en ti, piensa en lo que sientes.
Con amor, lucy.